Comentario
Cómo derribó Cortés los ídolos en Acuzamil
Al día siguiente de venir Aguilar, volvió Cortés a hablar a los acuzamilanos para informarse mejor de las cosas de la isla, pues serían bien entendidas con tal fiel intérprete; y para confirmarlos en la veneración de la cruz y apartarlos de la de los ídolos, considerando que aquél era el verdadero camino para dejar más pronto la gentilidad y volverse cristianos; y en verdad, la guerra y la gente con armas es para quitar a estos indios los ídolos, los ritos bestiales y sacrificios abominables que tienen de sangre y comida de hombres, que abiertamente es contra Dios y natura; porque con esto más fácilmente y más pronto y mejor reciben, oyen y creen a los predicadores, y toman el Evangelio y el bautismo de su propio grado y voluntad, en lo que reside la cristiandad y la fe. Así que Jerónimo de Aguilar les predicó aconsejándoles su salvación; y con lo que les dijo, o porque ya ellos habían comenzado, se alegraron de que les acabase de derribar sus ídolos y dioses, y hasta ellos mismos ayudaron a ello, quebrando y desmenuzando lo que poco antes adoraban. Y rápidamente no dejaron ídolo sano ni en pie nuestros españoles, y en cada capilla y altar ponían una cruz o la imagen de nuestra Señora, a quien todos aquellos isleños adoraban con gran devoción y oraciones, y ponían su incienso, y ofrecían codornices, maíz y frutas, y las demás cosas que solían llevar al templo por ofrenda. Y tanta devoción tomaron con la imagen de nuestra Señora santa María, que salían después con ella a los navíos españoles que tocaban en la isla, diciendo "Cortés, Cortés", y cantando "María, María", como hicieron a Alonso de Parada, a Pánfilo de Narváez y a Cristóbal de Olid cuando pasaron por allí. y hasta después de esto, rogaron a Cortés que les dejase quien les enseñase cómo habían de creer y servir al Dios de los cristianos. Mas él no se atrevió de miedo a que los matasen, y porque llevaba pocos clérigos y frailes; en lo cual no acertó, pues de tan buena gana lo querían y pedían.